Después de tanto tiempo creo que es necesario revelar los secretos de la Otra historia, aquella que se ha transmitido entre líneas de las grandes páginas. Hoy por fin, puedo demostrar que la cultura vampírica, el mito de Dracul (hijo del dragón), los hijos de Satán o de Lilith, son en realidad una gran pantomima para ocultar otro mito y otra (sub)cultura que existe desde los tiempos remotos de la humanidad. Me refiero cómo no, a la homosexualidad.
Por toda la Historia hemos paseado al margen, sin que se reconozca oficialmente nuestra existencia. Ciertas culturas nos acogían con veneración, otras nos han cazado o asesinado cruelmente… y hasta ahora nadie se ha atrevido a desvelar nuestra historia conjunta.
Entre los rasgos que definen al vampiro y al gay hay cientos de similitudes que a la mayoría pasan inadvertidas, sin embargo, las difundimos sin desvelar nuestros secretos.
Comenzamos por identificar que el vampiro es una criatura nocturna, relacionada con la oscuridad y la noche… El gay de igual forma se mueve entre cuartos oscuros y las salidas nocturnas. Es por la noche cuando puedes fácilmente identificar a un LGTB mientras por el día pueden pasar inadvertidos o duermen la resaca en sus casas bajo las persianas. La transformación es una cualidad que compartimos de forma muy obvia: Miss Divine de día puede ser Antonio, la bollera con camisa de cuadros de día puede ir a la oficina con falda, Miguel esconde la pluma hasta la medianoche…
Otra de las características del mundo vampírico son los fans o la cohorte. Aquí tenemos el séquito de mariliendres, siempre dispuestas a satisfacer a sus amigos LGTB como a poner el cuello para los colmillos…
Y aquí tenemos otro punto clave, quizás no hemos trasladado fielmente lo que ocurre con los mordiscos. Por un lado el tema de alimentarse no requiere de morder a nadie…pero sí es cierto que un beso en los labios o tocamiento en alguna parte del cuerpo no significa una relación más allá de la amistad y sucede con bastante frecuencia entre LGTB y su séquito. Por otro lado, el mordisco del vampiro es la forma de «convertir» y crear un nuevo vampiro. Tal como el vampiro convierte al lado oscuro, tenebroso y perverso, del gay también se dice que convierte…Claro que no a través de mordiscos…necesariamente. Es más bien nuestra leyenda. Más aún, al vampiro se le reconoce como ser libidinoso y extremadamente libertino, características que también se conceden a los LGBT, seres sin ataduras morales sobre las prácticas sexuales, con las que además atraen a mujeres y hombres al lado oscuro…
Al igual que los vampiros que se mueven entre nidos, el ambiente gay es igualmente endogámico, lo que significa que todo el mundo se conoce y que alguien se ha relacionado íntimamente con alguien en algún momento. Además, también poseemos nuestros libros sagrados (páginas como cromosomax o afterellen, series como Queer as folk o The L word) y nuestra historia marginal que se transmite oralmente: el Stone Wall, Safo de Lesbos, Dana International…
También poseemos simbología, si bien difiere de la original vampírica por ser en contraste. Al negro del vampiro le dimos la vuelta para ser multicolor y al pentagrama invertido satánico lo hemos dividido para hacer triángulos, círculos y cruces a nuestro antojo.
El dominio de las bestias es algo menos salvaje de lo que se piensa, hay que olvidarse de murciélagos y lobos. Los LGTB dominamos gatos y perros de especialmente pequeño tamaño. Es una característica muy clara para identificar a un gay.
Nuestros sentidos son más agudos…para las artes. Decoradores, escritoras, escultores…son una muestra de nuestra mejor percepción de la experiencia estética. No confundáis la literalidad de los sentidos más agudizados del vampiro, los tenemos, pero de forma más delicada.
Y qué decir tiene de nuestro enemigo más acérrimo, aquel que pretende eliminarnos o «curarnos», desde que aparecieron en la historia los cristianos pretenden acabar con los vampiros/LGTB. Somos una aberración nacida a espaldas de dios. Desde los mismos monjes, órdenes o cualquier «servidor» de dios se han valido de sus libros sagrados y armas para traer al buen camino o liberar almas de vampiros y homosexuales. Se han usado cruces y agua bendita para reconducirnos o acabar con nosotros y aún se resisten a reconocer que no tienen efecto sobre nosotros. Seguimos perseguidos y satanizados por muchos creyentes de algunas religiones e intentan que no convirtamos a nadie…Creen que con eliminando al vampiro / gay no habrá más en la región, que si impiden que sus tiernos hijos salgan a la calle a los antros nocturnos no les sucederá lo mismo… Pero nosotros no estamos ocultos en las sombras y no requerimos de ritos para convertir a nadie…eso es tan sólo leyenda.
Y difundiendo la verdad sobre la homosexualidad, transmitida de forma oculta como relato vampírico, me pregunto si seré como Lestat que al revelar nuestros secretos, mi propia especie se vuelva en mi contra o nos convierta en un blanco más fácil de identificar…
P.S: si seguís buscando características ampliamente difundidas como que no podemos reflejarnos en un espejo, es completa ficción infundada. Así como los ajos en el cuello no nos ahuyentan…ahuyentan a cualquiera. Y no necesitamos beber sangre, con cerveza y tinto nos vale.
13/10/13 at 4:17 PM
Muy bien traído, aunque esperaba descubrir algún super secreto detrás del tema de los ajos. Ahí me has chafado.
14/10/13 at 9:35 AM
ays, es que el ajo repele a todo el mundo… o es que no dejas de comer alioli si tienes una cita más íntima??